Comunicador
Social-periodista
@jhonhelber
“La independencia de los periodistas es vital
para la sociedad y el periodismo es un servicio público a los ciudadanos que no
puede estar sometido a intereses políticos o económicos particulares.
La defensa de los Derechos Humanos es una de
las tareas primordiales del periodismo y los periodistas no podrán ejercer su
labor si sus propios derechos humanos son vulnerados.”
Manifiesto
Periodismo y Derechos Humano.
20
de julio de 2008.
Ha
pasado un poco de "agache" la noticia de que Teleantioquia canceló el
contrato con la Cooperativa de Trabajo Asociado Setelgroup, lo que seguramente
la llevará a la liquidación. Quiero compartirles algunas de mis apreciaciones
al respecto, pues aunque son motivadas por está última noticia, hay varios acontecimientos
que son de mayor calado y que son necesarios recordar y contextualizar.
La era de los noticieros independientes
Cuando
el canal regional Teleantioquia se fundó en 1985, también nació con el la
Cooperativa de Periodistas y Comunicadores Sociales de Colombia Coopercolt.
Esta empresa solidaria fue la encargada del primer noticiero regional del país:
El Informativo de Antioquia. Fue durante casi 15 años uno de los medios de comunicación
más importantes de Antioquia y más reconocidos a nivel nacional por su
excelencia periodística.
Durante
este tiempo, los espacios informativos de Teleantioquia pertenecían a empresas
periodísticas de comunicación de diferente tipo. Es decir que no pertenecían al
canal y por lo tanto eran independientes de las directivas de Teleantioquia y
del gobierno de turno. Primero llegó Coopercolt, luego Quanta con Hora 13 y
posteriormente Cosmovisión con CQN Noticias. Estas empresas funcionaban bajo la
figura de concesionarios del canal. Es decir que pagaban por un espacio o
franja horaria y allí emitían sus programas. Una relación comercial que
garantizaba la independencia de los medios y de sus empresas.
De
estos noticieros independientes sólo queda Hora 13 Noticias. Las directivas de
canal a lo largo de los años han ido tomando los espacios informativos que
tradicionalmente se ofrecían a la ciudadanía, es decir los noticieros.
Casi
sin darnos cuenta, los espacios informativos del canal pasaron de ser propiedad
de empresas periodísticas a ser propiedad del mismo canal. Un canal por demás
público que está orientado de manera directa por el gobernador y por lo tanto
sometido a los vaivenes de la política, a sus intrigas y a sus intereses
particulares, al servicio de la “buena imagen” que debe darse al gobernante que
se encuentre ejerciendo, así como a todas sus políticas y funcionarios. Sin
contar de paso a las presiones e intereses de la Asamblea Departamental,
quienes fueron los responsables de la renuncia (despido) en 2013 de Juan Pablo
Barrientos, director de Teleantioquia Noticias.
El
Informativo de Antioquia salió del aire en el año 2000, luego de que se
declarara nula la convocatoria por parte de Teleantioquia para esta franja
informativa. Un hecho que aún no queda muy claro para quienes estaban por estas
fechas al frente de la cooperativa, pues sí se presentó la propuesta, pero el
canal argumentó que se entregó pasada la hora de cierre.
Desde
entonces el medio informativo más importante del departamento, por lo menos en
cuanto a televisión se trata, ha estado en manos de la Gobernación de
Antioquia, lo que en palabras más o palabras menos lo convierte en un medio
informativo institucional, pues tanto su director(a) como sus periodistas y
cuerpo técnico son nombrados por las directivas del canal regional y en muchos
casos directamente por el gobernador en ejercicio. Es tan claro la dependencia
de los periodistas, que una vez finaliza el periodo de gobierno, también son
removidos los equipos periodísticos del noticiero ¿Qué independencia
informativa pueden tener estos periodistas? ¿Qué información y temas dejan de
abordar e investigar porque pueden afectar al gobierno de turno y a los
políticos en ejercicio?
El doble valor de las franjas informativas
Bien
es conocido que los espacios informativos son los que históricamente han
registrado mayores niveles de audiencia. Esto ocurre tanto en los canales
locales como en los nacionales. Esto significa por lo tanto que son los
espacios donde más costo tiene la pauta comercial.
Este
fue uno de las primeras razones por las cuales Teleantioquia “hechó mano” a la
franja informativa del noticiero. Allí estaban los principales espacios de
pauta que buscaban las empresas y era una excelente manera de mostrar
“resultados económicos”, ante la crisis de sostenibilidad que se presentaba en
el canal desde sus inicios.
Pero,
después de descubierto la ventaja económica, vino una realmente contraria al
periodismo, a la libertad de prensa y al derecho a la información: el interés
político. Los gobernantes de turno se dieron cuenta que poder definir los
titulares y noticias en el noticiero más importante del departamento era una
gran “arma” política que favorecía enormemente su imagen y su prestigio. Contar
con un medio “aliado” para gobernar siempre será ventajoso.
Desde
entonces, más que las razones económicas explícitamente marcadas, han sido las
razones políticas, las que no han permitido que los espacios informativos sean
adjudicados en licitación a las empresas periodísticas del departamento.
La interminable intermediación laboral
Poco
después de que Coopercolt perdiera su noticiero y ya acogida a la Ley 550
(conocida como Ley de quiebra), el mismo canal regional contrató a la cooperativa
para que realizara la producción del mismo noticiero para el que le negó
propuesta, y para que a su vez contratara al personal profesional y técnico
necesario para emitirlo. Era el año 2001 y por esta época realizaba mis
prácticas profesionales en la empresa que para mi era el más grande referente
de periodismo en Antioquia.
Fue
la primera vez que el canal incurría en la práctica de intermediación laboral.
Con ello cumplía su objetivo de obtener los recursos de pauta de la franja más
cotizada del canal y al mismo tiempo, se libraba de los costos que le
representaría una vinculación laboral directa de todo el equipo profesional
necesario para producirlo.
La
fórmula tuvo tanto éxito, que una vez fue liquidada Coopercolt, los mismos
directivos del canal promovieron la creación de una “nueva cooperativa”, con el
objetivo de contratar por medio de ella al personal que necesitaba para el
funcionamiento permanente. Así nació Setelgroup y con la ilusión de ser
contratatos por Teleantioquia, muchos periodistas y personal técnico de la
liquidada Coopercolt firmaron su creación.
Esto
fue hace ya ocho años y desde entonces Teleantioquia ha contratado a la gran
mayoría de su personal profesional y técnico por medio de esta cooperativa. Una
clara y flagrante violación a los derechos laborales de sus empleados. Una vez
son despedidos nada tienen que reclamar, pues son “asociados” a una cooperativa
y no empleados del canal. Así lo hace para contratar directores, subdirectores,
presentadores, camarógrafos, conductores y personal técnico que está en
permanente servicio al canal y prestando servicios estrictamente relacionados
con su misión institucional.
Un verdadero proyecto democrático requiere de medios informativos independientes
del estado y los gobiernos, así sean estos locales.
Las
asociaciones de periodistas, medios de comunicación y profesionales de la
comunicación, facultades de comunicación y universidades, entre otros, debemos
solicitarle al canal regional Teleantioquia y al gobernador actual, Sergio
Fajardo, que permita que sean las empresas de comunicación e informativas
(productoras de televisión, cooperativas, universidades entre otras), quienes
posean los franjas informativas en el canal regional.
Como
bien lo afirma Vargas Llosa: “La independencia de los medios de comunicación de
los poderes políticos y de los grupos económicos, es una gran muestra de la
condición de salud de una democracia”. Y, aunque, en ambos casos estos poderes
se han tomado el llamado cuarto poder, acrecentando con ello el suyo propio, es
un acto de madurez política y de vocación profundamente democrática buscar y
velar por su independencia. La sociedad y democracia colombiana que soñamos
requiere que el país avance en el derecho a la información de sus ciudadanos,
al conocimiento y análisis público de los hechos, sin la autocensura y
manipulación que son propias de los medios de comunicación que son usados como
herramienta de control social.
La
ruta para lograr esto por lo menos en los estamentos departamentales es clara:
que en el menor tiempo posible se convoque y realice una licitación pública
para entregar en concesión los espacios informativos que actualmente posee el
canal regional Teleantioquia.
No se trata con estas letras de culpar a la
actual administración departamental por más de 10 años en los cuales se han
desconocido derechos laborales en Teleantioquia y durante los cuales se han
convertido los espacios informativos en medios institucionales. Es una
invitación para reflexionar sobre estas circunstancias y dejarle a la región y
a sus instituciones unas mayores garantías democráticas en el cubrimiento
informativo, y unas derechos laborales para los profesionales de la
comunicación que las realizan.
Aunque pensé varias veces en cambiar el
titular de esta nota, no encontré otra forma más cercana y clara para describir
la situación actual de Teleantioquia y gran cantidad de los profesionales que
trabajan allí: es un “reality” pues todo el tiempo están saliendo en “pantalla”
las personas a las que se les vulnera sus derechos. Así como son un “reality”,
sus franjas informativas pues realmente son espacios institucionales, por su
absoluta dependencia institucional.
“Una
prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será
otra cosa que mala.”
Albert Camus (1913-1960).